Cuento día de la afrocolombianidad
En el año 1846, un grupo de amigos se dirigieron a un viaje a Virginia. Al llegar a dicho lugar, los amigos decidieron dar un pequeño recorrido por la plaza principal.
Cuando estaban en la plaza principal
escucharon algo que les llamo la atención: era un comerciante que decía que
vendía lo mejor del mundo.
Los amigos corrieron rápido
hacia el lugar, cuando llegaron el comerciante empezó a decir más fuerte lo que
estaba vendiendo: “Vengan, acompáñenme, síganme, están por presenciar la mejor
inversión de su vida”, los amigos y muchas más personas lo siguieron hasta su
tienda. Al llegar, el comerciante empezó a decir: “vendo, personas negras,
estas personas saben hacer todo tipo de cosas, serán tus esclavos hasta su
muerte”, varias personas se empezaron a interesar por dicha oferta, así que el
comerciante siguió diciendo, “bueno señores y señoras, como veo que muchos de
ustedes están interesados en mis “productos”, vamos a poner esto un poco más
interesante, vamos a hacer una subasta”, el grupo de amigos no lo podía creer,
esa persona no tenía alma, así que decidieron hacerle una buena jugado uno de
los chicos dijo lo siguiente: “todos somos iguales, todos somos los mismos, yo
también quiero que me subasten”, el resto del publico se asombro y lo miro con
desagrado, el vendedor le dijo con una voz de enojo: “No, no todos somos
iguales estos esclavos negros son personas fieles con sus amos y le servirán
hasta el fin, en cambio, tu eres una persona blanca, no tienes una piel
manchada como la de estos esclavos, nunca, pero nunca te podría subastar en mi
tienda”, varias personas que pensaban comprar les alegro la respuesta que le
dio el vendedor al joven blanco, en cambio, otras personas decidieron salirse
de la tienda.
Los jóvenes salieron de la
tienda indignados, juntos prometieron nunca discriminar a nadie por su color de
piel o por otra cualidad que tuviesen, por que todos somos iguales y no
merecemos que nos discriminen.
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